jueves, 3 de febrero de 2011

Venga vamos a ponernos sinceros...

...y para regocijo de todos, dejadme decir que voy a contar cosas que normalmente no suelo contar. Así que el espere lo de siempre... que se quede también coño, que lo mismo hasta divierte.
Vaya de antemano que las personas, y más en el viaje emocional (más que físico) que aquí el menda está recorriendo, pasa por fases y etapas, pero son eso, fases y etapas de las que, en el mejor de los casos, aprendes... y sigues caminando. Así que Mamá, Papá... mundo que me quiere... no nos rayemos que nos conocemos.
Aunque ahora que lo pienso esto es como aquel gran momento de la incomparable "Inception": "si te digo que pienses en Elefantes, ¿en qué piensas?". Pues acabo de hacer lo mismo. Y sí, dirás: "coño, pues bórralo que para eso es un blog y solo tienes que quitar lo que no quieres".
Pues no, que para eso precisamente estoy aquí, para escribir lo que normalmente no haría.
Con esto por delante tienen que quedar claro dos puntos:
a)a partir de hoy puedes asumir que lo que leerás serás todo lo que hay... o no...
b)el final de la historia es positiva... Y dirás: "¿Me cuentas el final?". Y yo responderé: "¿Alguién dudaba de que Tom Hanks se quedaría con Meg Ryan al final de "Sleepless in Seattle"? ¿En serio?". Pues eso.

El caso es que los últimos días dudas existenciales han aparecido en mi cabeza... centradas especialmente en la posibilidad de ser un narrador en condiciones y adaptado a la sociedad actual. Tengo que admitir que reniego de muchas de las tendencias acontecidas en los últimos años y lo que éstas han traido consigo. Entraría en polémicas pero parafraseraré al bueno de Vigalondo (te admiro como persona y currante... aunque estoy deseando hablar contigo de "Los Cronocrimenes"): "No puede ser que un post en el twitter se convierta en la noticia de un periódico" (en relación a una polémica que le ha sobrevenido en las últimas fechas).
Con esto quiero decir que por un lado mi incapacidad reciente para sacar a luz un tipo de historia diferente me ha hecho dudar de mi validez como escritor. 
También me gustaría dejar claro que mi confianza como director sigue estando más o menos en el mismo sitio... cuando sepa el sitio te diré por dónde queda.
De ahí que en las últimas fechas haya puesto en duda mi capacidad para afrontar la escritura de un proyecto que gire en torno a un punto de partida diferente, unos personajes memorables, una historia que provoque la sonrisa, la lágrima o la intriga (del miedo paso porque es demasiado arquetipado, salvando extrañísimas ocasiones).
Llegué al punto de plantearme posibilidades y opciones que se distanciaran de la idea inicial.
También me gustaría dejar presente que la posibilidad de ser un director y no un autor no es que me destroce por dentro pero sí admito que la inquietud interior que llevo conmigo (y que espero llevar toda la vida ya que, en cierto modo me define, para bien, mal o regular) se desahoga cuando alcanzo la meta, en extrañas ocasiones, de poner en pantalla lo que me hace pensar, sonreir o llorar.
Nunca olvidaré una frase que el bueno de Alvarito me soltó hace dos años y medios durante el rodaje de la serie: mientras mi hermano siamez dirigía a Tappy y Esther en el parque de la avenida de La Buharía, escuché como mi pequeño Casaus y el bueno del Gordard de Guadaíra (min 00.57) debatían sobre cine. Ahí que puse mi oreja y escuché a éste decirle al primero: "es que Dani es muy director de cine. Puede dirigirte lo que sea, pero le cuesta más dejar el sello de autor".
Y que quede claro que es un piropo del que, a día de hoy, aún presumo.
Pues en esas estaba, dudando de mis capacidades, acrecentadas entre otras cosas porque llevo tres proyectos rodados que se han circunscrito a la relación "chica-chico" (el tercero está por llegar porque mañana tengo el screening; si internet me deja, lo subiré en el finde), cuando me he ido al cine a ver esa MARAVILLOSA pieza cuyo trailer he dejado más arriba y cuyo visionado ES DE OBLIGADO cumplimiento (y en V.O. por DIOS!!) habida cuenta de que rara vez en tu vida verás a unos personajes mejores creados y desarrollados que los interpretados por Amy Adams, Melissa Leo y, en mayúscula y con redoblre, CHRISTIAN BALE. Este SEÑOR es, definitivamente, el ACTOR de esta generación... escalón por encima de Daniel Day-Lewis, Russel Crowe (me la suda la opinión general: nunca es Russel Crowe, siempre es su personaje), Javier Bardem o Tommy Lee Jones. 
Solo la primera escena de "The Fighter" es un "And the Oscars goes to...", pero además A LO BESTIA... y es solo él sentado en un sofá hablando a una cámara...

El caso es que, terminada la película, he vuelto a creer que tengo cosas que contar, no solo como director, sino como escritor... aspiro llegar al punto en el que quedé el otro día impresionado, cuando escuché a Daniel Sánchez Arévalo (mi espejo en el que me miro, lo siento, ahora mismo está por encima de mis prioridades sentarme un día a hablar de escritura con él) decir la siguiente frase: "soy un escritor de personajes".
Ahí está mi aspiración... puede que con otro estilo visual... y siempre y cuando no olvide que el hueco español para ese "género" en sí (no género como estructura cinematográfica) está perfectamente ocupado por él. Porque creo que en nuestro país quienes están atravesando la barrera y pudiendo prosperar poco a poco es porque han encontrado unas grietas en el cine español, grietas que han rellenado DE PUTA MADRE con sus historias, personajes y estilos; y hablo del propio Sánchez Arévalo, Monzón, Cobeaga, Vigalondo, Alex de la Iglesia (sí, este lleva ya su tiempo)... Sus historias no tienen nada que ver los unos con los otros, y lo que es más importante, no tienen nada que ver con los ya perfectamente situados como Almodóvar, Amenábar, Saura... Porque la tendencia es imitar a los admirados y envidiados: ellos han pasado de esa primera lectura y han llegado a su espacio propio. 
Mi meta es que exista todavía una grieta, pequeñita, me conformo con poco, a película cada dos años o así, en el que poder dejar reposar mis inquietudes... mis personajes.

Después de esta teoría sobre la situación del cine actual (más interesante que la Ley Sinde, en mi opinión, pero sensiblemente menos relevante) voy a ir cerrando diciendo lo siguiente:
Viendo "The Fighter", y una escena en particular donde Chris Bale, Amy Adams y Mark Wahlberg he tenido una revelanción de pureza cinematográfica que recuerdo me sobrevino también viendo aquella maravillosa escena de aquella maravillosa película "Adventureland", esa en la que el personaje de Jesse Eisenberg se encuentra cara a cara con el de Kristen Stewart y le dice... mira, minuto 08.25 al 09.50:
La cosa es que ambos momento se han presentado como la revelación de lo que, a día de hoy, es para mi, la pureza en lo que a personajes y sus relaciones he podido contemplar... y a eso aspiro, a presentarte personajes como éstos en situaciones que provoquen lo mismo...

A partir de mi cuarto proyecto voy a trabajar en mi creación de personajes, intentaré volver a dónde estuvimos hace 4 años sentados el bueno de mi HERMANO y yo: en esa habitación creando una historia sobre personajes de corte patético en persecución de un sueño, personaje que al final nos enseñaron mucho más de lo que nosotros realmente sabíamos.

Lo que se puede dar por seguro es que, a partir del próximo cortometraje (cuyo guión espero tener terminado mañana mismo), y hasta el último proyecto que ruede en la escuela (este guión ya lo tengo pero voy a necesitar 4 ó 5 borradores más) voy a alejarme de esa temática tanto explorada (empiezo a pensar que la maravillosa "Blue Valentine" tuvo algo que ver; deformación profesional lo de echar la culpa al aire, ¿no?) y a acercarme a retos diferentes.

Y ahora seguro que tendrás una pregunta en tu cabeza: ¿to este rollo por qué era? ¿te pasa algo o simplemente tenías ganas de decir tonterías sin orden ni sentido?
Pues mira... todas y ninguna... con suerte le encontrarás un sentido... sin suerte también... Creo que yo se lo veo aunque tampoco lo veo muy claro así que en definitiva tenemos un: "ni puta idea señoras y señ... cosas".

Un besito...o dos...

2 comentarios:

  1. Ay! El año en NYFA para mí también fue una montaña rusa de sentimientos y pensamientos de "valdré yo para...". Lo bueno es que al final los momentos de ¡SI! sean siempre los que pisoteen a los pequeñitos no que hay que guardar en el rincón de la mente que te hace tener los pies en el suelo ;)

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  2. En mi opinión, uno tiene que hacer lo que le mueva las entrañas... o lograr que lo que haces te mueva las entrañas. Quizás no me esté expresando muy claramente... pero yo me entiendo.

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